
La mayoría de las personas no compran lo que necesitan… compran lo que los hace sentir especiales.
Imagina esto: la mayoría de las personas no compran lo que necesitan… compran lo que los hace sentir especiales. Esa es la magia de la psicología del consumidor, y si lo entiendes, puedes vender lo que quieras, incluso algo tan común como una taza de café.
El problema es que la mayoría de los emprendedores cree que la gente compra por precio o por necesidad. Error. La realidad es que las decisiones de compra casi nunca son racionales, son emocionales. Y si no logras conectar con esas emociones, tu producto se convierte en uno más de la estantería.
Hoy te voy a revelar cómo funciona la mente del consumidor y cómo puedes usarlo para que tu producto sea irresistible.
Primero: la gente no compra café, compra rituales. Piensa en esto: cuando alguien paga por un café especial, lo que realmente quiere es la sensación de empezar el día con energía, darse un lujo o sentirse parte de algo exclusivo. Si entiendes qué ritual activa tu producto, ya tienes media venta asegurada.
Segundo: la gente no compra productos, compra identidad. Si alguien elige un café artesanal en lugar de uno instantáneo barato, lo hace porque quiere verse como alguien que aprecia lo bueno, que tiene buen gusto. Tu marca debe reflejar una personalidad que la gente quiera adoptar.
Tercero: la gente no compra lo mejor, compra lo que entiende. Puedes tener el café más delicioso del mundo, pero si no sabes explicarle al cliente de forma sencilla por qué es diferente, no lo va a valorar. Aquí entra el storytelling: cuenta el origen, habla de la tierra, de la pasión con la que se produce. Eso conecta.
Entonces, ¿qué significa todo esto para ti? Que si aprendes a hablarle a las emociones de tu cliente, tu producto nunca será visto como caro, sino como valioso. Y aquí va un ejemplo: si valoras un buen café, te invitamos a probar Reserva Veracruz, un café pensado para quienes no se conforman con lo común, sino que buscan calidad y experiencias que los hagan sentir únicos.